domingo, 6 de febrero de 2011

La oración curativa

Por Arnold Krumm Heller- V:.M:. Huiracocha
En la Suma Teológica de Tomás de Aquino tenemos factores curativos que emplea hoy el sacerdote inteligente, pero se olvida que toda enfermedad es una falta de libertad interna y nadie puede enseñar el camino de la libertad, quien no esté libre, quien esté en las cadenas del dogmatismo. Para ser sacerdote médico se requiere absoluta libertad de acción y ésa no la puede tener el fraile, mientras sea fraile, jamás aprenderá a usar la verdadera fuerza de la oración.


Cristo dio a sus apóstoles y ellos a sus sucesores la clave para manejar las fuerzas cósmicas como agente curativo. Los sacerdotes católicos la perdieron al apartarse de la Gnosis pero los Rosa Cruces la poseen y por eso somos nosotros los llamados a transformar la medicina materialista a una terapia espiritualista, a una psicoterapia salvadora.


La Oración es uno de los medios más poderosos para atraerse las vibraciones y las fuerzas excelsas. Repetir mecánicamente Padre Nuestro no es orar y por eso los Rosa Cruces recomendamos la siguiente para que sea propagada entre los enfermos y afligidos, pero siempre a base de pronunciarla con todo fervor, intensidad y concentración, levantando los brazos.


Nosotros recomendamos que hoy lo hagan del mismo modo hundiendo en sí la mirada interna para arrancar desde lo más profundo de nuestro ser, la savia milagrosa que allí existe. No olvidemos que, según la expresión de un célebre Ocultista, Dios se ruega a sí mismo...


Con los brazos en alto como quien espera recibir por ese medio una santa influencia, hay que decir:

Fuerza Universal y Cósmica, energía misteriosa, seno

fecundo de donde todo nace. Tú, Logos Solar, emanación ígnea, Cristo

en substancia y en conciencia, vida potente por la que todo avanza.

Ven hacia mí y penétrame, alúmbrame, báñame, traspásame y

despierta en mi YO toda esas substancias inefables que tanto son

parte de ti como de mí mismo.

Fuerza Universal y Cósmica, energía misteriosa. Yo te

conjuro. Ven hacia mí. Remedia mi aflicción, cúrame de este mal y

apártame este sufrimiento para que yo tenga armonía, paz y salud.


Te lo pido en tu Sagrado Nombre, que los Misterios y la

Iglesia Gnóstica me han enseñado, para que hagas vibrar conmigo

todos los Misterios de este plano y planos superiores y que esas

fuerzas reunidas logren el milagro de mi curación. Así sea.

Todo Lector hará un bien a sus semejantes propagando la oración para que los enfermos nos consulten y les alcance el beneficio de nuestras vibraciones y medicamentos.

Tenemos una variedad grande de plantas con las cuales experimentamos, pero relataremos sólo unos pocos con sus respectivas leyendas, como una prueba de que esas plantas siempre fueron consideradas como sagradas.

No pretendemos que las curaciones se hagan sólo con nuestras oraciones, no; el católico ferviente, el protestante convencido, el mahometano, el budista, todos tienen sus oraciones y pueden usarlas ellos con igual éxito. Lo que queremos es, que la humanidad vuelva a ser religiosa y piadosa; que no se repitan esos espectáculos espantosos de persecuciones crueles de seres humanos, sólo por sus ideas.
Arte. Daniel M artín Diaz

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